El acusado de matar a un hombre en Almansa (Albacete) cuyo cadáver dejó en la bañera de su residencia, en el transcurso de un mes y medio, ha reconocido en el juicio que «sí, le disparé» pero que fue pues la víctima entró en su casa pegándole, frente lo que «me atemoricé, cogí el arma y le disparé, pero sin pensarlo», dijo.

El acusado, según comunica EFE, ha asegurado que «no lo había premeditado. No tenía ningún plan para matarlo» y explicó que llevó la carabina de su padre al acercamiento con la víctima «por si acaso se ponía violento», para hallar «que se fuera» de su casa, ya que no era la primera oportunidad que le pegaba por una deuda que sostenía con el fallecido por «trapicheo de drogas».

Esta fué la versión que el acusado ha defendido a lo largo de las mucho más de tres horas que este martes estuvo declarando en el desarrollo que se prosigue contra él en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete, con jurado habitual.

Ha reiterado que «le disparé sin meditar, no había planeado nada» y ha defendido que los tiros -que impactaron a la víctima en la cabeza- fueron «sin entender dónde ni de qué forma».

Asimismo indicó que le disparó en el baño con lo que ignora de qué forma podía haber restos de sangre de la víctima en el del costado de una nevera que estaba en la entrada del residencia.

Ha pedido «perdón a todos, por el hecho de que lo que hice fue un fallo» y ha asegurado que cuando dejó el cuerpo del fallecido en el baño por el momento no volvió a su piso, ya que él radicaba con sus progenitores.

En este sentido, dijo que «procuraba disculpas» para no proceder a abrir frente a las reiteradas llamadas del presidente de la red social de vecinos por el mal fragancia que salía de la vivienda, a quien respondió «que sería una carne de caza que se ha deteriorado».

En el momento en que el presidente vecinal denunció el mal fragancia frente a la Guarda Civil, el padre del acusado fue quien abrió a los agentes pues, según explicó el procesado, «fui a casa de mi hermana, donde se encontraba mi hijo, para despedirme de él», antes de ver a su padre y mencionarle que le acompañara al cuartel de la Guarda Civil de Almansa, donde se entregó.

Los hechos que se juzgan sucedieron el 1 de agosto de 2018 y no fue hasta 40 días después en el momento en que se halló el cuerpo del fallecido, dueño de una compañía en Almansa y cuya familia había ordenado un operativo de búsqueda que había trascendido a los medios.