El IPC del mes de diciembre en nuestra zona refleja un mejor accionar que el experimentado en todo el país, puesto que no se genera una variación con en comparación con mes previo, al paso que en todo el país se aumenta en un 0,2 por ciento. Pese a ello, cerramos el año con un punto sobre la media nacional, según los datos publicados el día de hoy por el Centro Nacional de Estadística.

En términos interanuales, se ha producido una variación de 1,3 puntos inferior en el mes de diciembre en relación a la tasa interanual del mes de noviembre.

El descenso de los costes energéticos

Mientras que, en todo el país, en el último mes del año el IPC se desaceleró hasta el 5,7 por ciento, en oposición al 6,8 por ciento de noviembre, merced al descenso de los costos energéticos. No obstante, los costos de los alimentos se configuran como el primordial elemento inflacionista, puesto que, a su destacable aumento, se une el importante peso que representan en la cesta de artículos del IPC.

Empieza a observarse una esencial moderación del ritmo de adelanto de los costos de los modelos energéticos y asimismo siguen desacelerando los costes de los alimentos no elaborados, lo que obedece a unas inferiores tensiones sobre los costes de las materias primas en los mercados de todo el mundo. Sin embargo, la prolongación de la guerra de Ucrania y otros inconvenientes de suministro tienen la posibilidad de proseguir condicionando la evolución de los costes de varios artículos.

Que no se retroalimenten los incrementos de los costes y los sueldos

En este contexto, resulta singularmente importante eludir un ámbito en el que los incrementos de los costos y los sueldos se retroalimenten entre sí, para no generar efectos de segunda ronda que nos lleven a una espiral inflacionista.

La inflación media de forma anual se ubica en 2022 en el 8,4% y la media de la subyacente en el 5,2%. Dada esta situación, las compañías de este país y de Castilla-La Mácula prosiguen tolerando el aumento de los costos energéticos y los costes de las materias primas, que no son trasladados en exactamente la misma proporción que lo están tolerando a los costos finales de sus modelos, lo que está causando una reducción preocupante en los márgenes de las compañías, abocándolas a una situación verdaderamente dificultosa.

En verdad, según el Indicio CEPYME sobre la Situación de la Pyme pertinente al último trimestre del año previo, los costos totales para las pequeñas y medianas empresas aumentaron un 23,3 por ciento interanual en el último trimestre del año. Y los costos laborales alcanzaron un aumento del 5,7 por ciento.