«Sostenibilidad, tomar en consideración la cuenca cedente y respetar los caudales ecológicos». Esas son las condiciones que pone Castilla-La Mácula para llegar a un pacto nacional del agua. Desean que el «los pies en el suelo» se imponga y que se logre tener agua bastante para «tomar y regar» en todos y cada uno de los territorios.

El único río sin caudales ecológicos

Para esto, va a haber que tener en consideración la desalación y más que nada las pretensiones que asimismo tiene la cuenca del Tajo, el único río que no posee caudales ecológicos aprobados, con lo que desde el Gobierno de Castilla-La Mácula no se marcha a «abandonar ninguno de los adelantos que conseguimos en los últimos tiempos».

De este modo lo expresó la representante del Gobierno de Castilla-La Mácula, Blanca Fernández, recordando el ofrecimiento que logró ayer el presidente de Castilla-La Mácula, Emiliano García-Page, en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno de esta semana.

El único río perjudicado por un trasvase franquista

Fernández ha recordado que el nuevo plan de cuenca del Tajo incluye los caudales ecológicos, entre otras muchas cosas, por las cinco sentencias de Tribunal Supremo que de esta manera lo establecían.

«El tajo es el único río que no tenía caudales ecológicos, que además de esto es el único río perjudicado por un trasvase franquista, de una forma de pensar centralista que dejaba a esta tierra solo con el derecho a conocer pasar el agua», ha remarcado Fernández.

Sobre la manifestación el día de hoy frente al Ministerio para la Transición Ecológica, donde participarán representantes políticos, económicos y sindicales de Murcia, Andalucía y la Red social Valenciana, dijo que el Gobierno de Castilla-La Mácula «respeta una queja que está en lo que es el ejercicio democrático».