La CEOE festeja este miércoles unas selecciones por las que en el instante de su convocatoria absolutamente nadie apostaba enormes proporciones. Lo que daba la sensación de que iba a ser una victoria por aclamación del presente presidente, Antonio Garamendi, ha derivado en unos comicios que no van a evitar a buen seguro alargar su orden otros 4 años, pero sí ponerle en oposición al espéculo de una organización en que la temperatura interna subió bastante a lo largo de esta primera legislatura.
En esta coyuntura se enmarca la candidatura presentada poco antes que finalizara el período por Virginia Guinda, vicepresidenta de Foment del Treball. La contrincante de Garamendi viene exactamente a representar la cara aparente de una oposición que, en el fondo, va alén de la fuerte patronal catalana. Si bien no vaya a reflejarse exactamente en un trámite al que se llega, en cuanto al resto, sin reglas del juego claros y sin un careo público entre los dos contricantes.
A vueltas con la reforma laboral
El órdago de la organización que lidera Josep Sánchez Llibre, que se articuló tras la retirada en el último instante de la candidatura opción alternativa del presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, tiene 2 objetivos. Por una parte, ofrecer un revulsivo de adentro a la CEOE, que Guinda ha calificado en las últimas semanas como una organización poco «transversal» y bastante «jerarquizada».
Por otro, enviar un recado a Garamendi frente a un 2023 de prominente voltaje para el diálogo popular. El descontento de Foment del Treball con la ejecutoria de la cúpula de la confederación comienza cuando menos desde la agónica negociación que desembocó en la última reforma laboral.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi / EP
Toque de atención
En aquel instante, la organización catalana no escatimó en críticas, que en este momento fueron recuperadas por Guinda, sobre ciertos puntos de la novedosa normativa como la tipificación de los contratos temporales y la carencia de medidas en pro de la elasticidad empresarial.
Si bien en el final Foment llamó a aprobar la reforma sin cambiar «ni una coma», tampoco ocultó su malestar. En este momento, la patronal desea ofrecer un toque a Garamendi a fin de que en los debates que se abran en un corto plazo el empresariado sea mucho más proactivo en ofrecer sus resoluciones y en mover sus razonamientos a la opinión pública. La agenda del diálogo popular urge este cambio de orientación.

La empresaria y vicepresidenta de Foment, Virginia Guinda, asegura su candidatura a la presidencia de la CEOE / YOUTUBE
Reformas a la visión
El Gobierno y los sindicatos ahora han manifestado su intención de cambiar las causas de los ceses –lo que la ministra Yolanda Díaz ha bautizado como «despido reparativo»– y subir la indemnización por los despidos improcedentes de 33 a 45 días al año trabajado. Las dos cuestiones se excluyeron del novedoso pacto laboral en labras de lograr un convenio entre todos y cada uno de los actores.
El estruendos de adentro fué generalmente destacable en los instantes mucho más tensos de la temporada de la pandemia, en el momento en que un buen número de voces se levantaron contra Garamendi y un espíritu conciliador que consideraban elevado frente a la sucesión de normativas aprobadas por el Ejecutivo que iban contra los intereses de los hombres de negocios pero, más que nada, de las pequeñas y medianas empresas y los autónomos.
Oposición interna
Entre aquéllos que se pronunciaron con mayor ahínco en este sentido aparecen el presidente de la patronal madrileña CEIM, Miguel Garrido; y el líder de Cepyme, Gerardo Cuerva. En sus comparecencias públicas fueron de los mucho más críticos con el Ejecutivo y, de manera tácita, han señalado la necesidad de que la posición de los hombres de negocios sea mucho más estable en el diálogo popular.
En ningún instante trataron de construir una candidatura contrincante ni respaldar otra procedente de otros campos, lo que sí hubiese difícil mucho más las cosas al de hoy presidente de CEOE –las federaciones madrileñas y Foment son las organizaciones con mucho más peso en la confederación–. Pero su situación en la patronal de patronales no fué exactamente transigente. Algo que ciertos observadores estiman que se dejó sentir en los últimos meses, en los que se vió un Garamendi mucho más duro en sus postulados y con un talante menos transigente.
Punto de cambio
No falta quienes apuntan como punto de cambio el pronunciamiento del presidente de CEOE sobre los indultos a los presos del procés en la época de 2021, garantizar que si contribuía a apaciguar el ámbito político no lo vería con pésimos ojos; las fuertes críticas tanto internas como ajenas le llevaron aun a venirse abajo en una reunión, donde no ha podido reprimir las lágrimas.
No obstante, no hay espacio para la tensión dado el número de temas atentos. Sin ir más allá, entre los que está sobre el tapete es un nuevo incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) y la cuestión candente de un pacto transversal para subir las remuneraciones. Esta última cuestión sacó a la calle a los sindicatos en el mes de octubre y, si se afirman las previsiones de recesión mientras que la inflación no remite, volverá a centrar el enfrentamiento público en el próximo curso.

Josep Sánchez Llibre (c), reelegido presidente de Foment del Treball; Gerardo Cuerva (i), presidente de Cepyme; Antonio Garamendi (2i), presidente de CEOE; María Helena de Felipe (2d), presidenta de Fepime, y Lorenzo Amor (d), presidente de ATA
Un 2023 difícil
En la agenda del Gobierno asimismo aparecen otras ideas de calado como la Estrategia Nacional de Impulso del Trabajo Autónomo (ENDITA), un bulto de medidas para actualizar el régimen de los trabajadores por cuenta propia tras la aprobación del nuevo régimen de cotizaciones, o la segunda pata de la reforma de las pensiones con la ampliación del balance de años para cobrar el retiro.
En el horizonte, un 2023 que no va a ser simple si se cumplen las previsiones que señalan a un enclenque desarrollo, en torno al 1%, en un ámbito en el que la inflación moderará su evolución pero proseguiría pegando fuertemente el bolsillo de los impositores. Bien es verdad que la marcha económica va a ser a mayor ritmo que la de los países del ambiente pero, en todo caso, deficiente para hacer empleo.
Estruendos electoral
El panorama asimismo se va a ver condicionado por los procesos electorales, con comicios autonómicos y municipales a fines de mayo y en general en la última parte del ejercicio, en medio de la presidencia de españa de la Unión Europea, que llega por turno en el segundo semestre.
Batallas que se alardean discutidas y tensas y que van a hacer mucho más bien difícil aun lograr pactos sobre reformas que llevan bastante tiempo en el cajón. Todo lo mencionado se dirimirá mañana en un transcurso temporal de solo 4 horas, el tiempo en que los 789 encargados con derecho a voto van a deber decantarse por Garamendi o Guinda.