Tras derogar el delito de sedición, le toca el momento al de malversación. Entonces se piensa que van a venir la amnistía general y un nuevo referéndum de autodeterminación. De este modo marchan los sueños húmedos del lazismo, cuyo traslado a la verdad es dependiente en una gran parte de las pretensiones políticas del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, un hombre que, como todos entendemos, no ve alén de su sillón y es con la capacidad de prácticamente cualquier cosa para preservarlo. Los lazis, eso sí, tienen una forma muy peculiar de festejar las (supuestas) victorias: como lo de la sedición se lo puede apuntar ERC, Junts x Cat contrataca con que los desórdenes públicos agravados son peores para su causa que lo de la sedición de siempre (impresión a la que ayuda Nadia Calviño declarando que en este momento va a ser mucho más simple que nos devuelvan a Puigdemont para empapelarlo convenientemente). Como los de Puchi viven persuadidos de que todo cuanto hagan el santurrón Junqueras y sus secuaces es, indudablemente, alta traición, en ERC se ven forzados a sobreactuar y a meter la directa: de ahí la velocidad con que se apuntaron a la derogación del delito de malversación; o la tournée de sudamérica del santo, que no exhibe bastante agradecimiento al Gobierno español ni por su indulto ni por la anunciada derogación de la sedición (delito que el PP puede recobrar en relación se realice con la presidencia del Gobierno, pero eso ahora a Sánchez le da lo mismo, ya que deseará decir que lo han desalojado de su amado sillón). Pasando olímpicamente de la prueba de que España ha de ser el único país de todo el mundo que toma en cuenta las críticas de los criminales en el momento de elegir lo que es delito y lo que no, Junts y ERC prosiguen con sus batallitas internas mientras que procuran librarse en pleno de sus responsabilidades legales.
Sánchez aún no se ha manifestado sobre la malversación, pero tampoco dijo que ni charlar del peluquín (la cosa podría serle útil para indultar a su compadre Griñán, sin ir más allá). Si se considera, como hace el lazismo, que unicamente se genera malversación en el momento en que alguien específicamente se llena los bolsillos de dinero público, los liantes de los ERE andaluces podrían favorecerse de la derogación del delito. Y a los que pensamos que la malversación puede generarse sin que absolutamente nadie específicamente se enriquezca, ahora nos tienen la posibilidad de ir zurciendo, si bien observemos malversación por todos lados. Yo, sin ir más allá, la veo en muchas ocupaciones del inframundo lazi. Ejemplos: el viaje a Colombia, Chile y Argentina del santurrón Junqueras, tres sitios en los que no se le ha perdido nada y en los que nada debe realizar, como no sea turismo, y que le costará una pasta al contribuyente; la visita a Bruselas de los exconsejeros de Junts x Cat al fugitivo Puigdemont: ¿no es tirar el dinero público financiar la asamblea en el extranjero de una pandilla de cesantes con un exmandatario regional huido de la justicia?; las pseudoembajadas catalanas en el exterior: ¿no es asimismo malversación desplegar una costosa red pseudodiplomática que no se utiliza para solamente que poner a bastantes paniaguados del régimen?
En el planeta lazi, mires donde mires solo vas a encontrar malversación de caudales públicos. De ahí el interés por remover la malversación del Código Penal si el dinero no fué a parar a los bolsillos de algún mangante específicamente. Si el dinero que se lanza por el retrete es representando a una causa, si bien esta sea ilegal (que lo es), semeja que no nos encontramos frente a un delito, o eso es lo que nos desean realizar opinar los procesistas, y es posible que hasta Pedro Sánchez si la cosa le es conveniente para sus temas. Creo que iremos a ayudar a un bonito espectáculo consistente en redefinir lo que es la malversación, que ciertos observamos por doquier y otros no ven por ninguna. A conocer, ¿qué es la malversación?, pregunta el procesismo. A eso que yo le respondo: ¿Y tú me lo cuestiones? Malversación eres tú.