Enel anunció un plan de venta de activos por 21.000 millones de euros con el propósito de achicar su deuda. La energética italiana, que controla el 70% de Endesa, cerró el pasado septiembre con un pasivo que ascendía a 69.000 millones de euros.
En su novedosa estrategia para 2023-25, la compañía prevé desprenderse de su cartera de gas en mercados como Perú, Argentina, Rumanía y asimismo España para llevar su deuda neta hasta una horquilla de entre 51.000-52.000 millones de euros.
Renuncia al gas
Con ocasión de su Capital Markets Day, el conjunto explicó que se focalizará en seis países estratégicos: Italia, España, USA, Brasil, Chile y Colombia. El año pasado, Endesa ahora anunció un giro en su estrategia para dejar su negocio de gas antes de 2040.
Específicamente, en Europa la energética concentrará su actividad en Italia y en España. En América latina, va a salir de Perú y Argentina. Además de esto, en otras áreas geográficas, como Australia y Grecia, prevé desarrollar su modelo de negocio para catalizar inversiones en asociaciones (stewardship).
Francesco Starace (d.), asesor encargado de Enel, y Alberto de Paoli (i.), jefe de finanzas de la energética / CEDIDA
Disminuye inversiones
Además, la energética invertirá unos 37.000 millones de euros hasta 2025 –un 17,7% menos que en el intérvalo de tiempo 2022-24–, de los que el 60% va a apoyar su estrategia comercial dentro (generación, clientes del servicio y servicios) y el 40% sobrante se destinará a redes. Específicamente, 8.640 millones se destinarán a Endesa.
Como indicó Francesco Starace, asesor encargado de Enel, su propósito pasa por «concentrarse en la cadena de valor dentro, intentando encontrar la electrificación sostenible, que es poco a poco más precisa en los sistemas energéticos globales, cubriendo precisamente el 90% de sus ventas a precio fijo con electricidad libre de carbono en 2025, subiendo la generación renovable a cerca del 75% del total y alcanzando en torno a 80% de los clientes del servicio de la red digitalizada».
Foco en renovables
A través de esta estrategia, la compañía prevé que su beneficio neto ordinario alcance los 7.000-7.200 millones de euros en el final del periodo de tiempo del plan, en frente de los 5.000-5.300 millones de euros estimados en 2022, merced a una tasa de desarrollo de forma anual del 10-13%.
En este trienio, Enel espera añadir cerca de 21 gigavatios (GW) verdes instalados, de los que precisamente 19 GW van a ser en sus países primordiales. El conjunto tiene planeado desarrollar esta aptitud apoyada por una cartera que sube a unos 425 GW renovables.