Un bosquejo para llegar al bosque. Un relato, con agarraderas intelectuales sólidas, de la talla de Edgar Morin, que se utiliza para ofrecer fe de un fenómeno mundial. El itinerario que siguió Fèlix Riese, por proyectos tradicionales, series impresionantes sobre el futuro, la historia y la filosofía, llega a una conclusión: la raza humana se inclina por un regreso al bosque, por un rechazo a la vida regulada y productiva, y todo ello no para ir contra el avance, sino más bien pues se comprende que solo va a existir ese avance “si se respeta y se protege la naturaleza”.
La librería Laie, en la calle Pau Claris, se llenó en la presentación del libro de Riese –administrador cultural, escritor y editor—que se titula sin ambages El retorn al bosc (Pòrtic). Equipado por el historiador José Enrique Ruiz-Domènec, y el pensador Eloy Fernández Porta, Riese charló claro: “Hay que comprender por qué razón se quiere regresar al bosque, y lo tienen que entender los que toman resoluciones, los políticos, los pensadores, los hombres y mujeres de acción, pues hablamos de un fenómeno que lo va a mudar todo”.
Riese se ha puesto ahora en la etapa articulo-covid, como apuntó Ruiz-Domènec. Y eso “es bueno, por el hecho de que supone que se es siendo consciente de que hubo una transformación y que hay que enfrentar”, según el historiador. Lo que apunta Riese es que varios hombes y mujeres, en el mundo entero, han renunciado a proseguir las advertencias oficiales, “por el hecho de que por el momento no confían en el estado”, y han adoptado formas de proceder propias para arrimarse a una cierta concepción del bien. ¿Cuál es? La iniciativa de que hay que socorrer el mundo, de que “no hay tiempo”, y que hay “una suerte de obligación ética de dejar todo lo mencionado algo mejor para nuestros hijos, o para nuestros amigos”. O sea, se acepta una alguna responsabilidad que hay que redimir con un cambio de vida, con orientaciones diferentes en el día a día.
Fèlix Riese, en la librería Laie, al lado de Ruiz-Domènec y Eloy Fernández Porta
El administrador cultural, –exdirector de Catalunya Ràdio por ejemplo responsabilidades—no quiere sugerir enseñanzas morales. Comprueba una “situación”. En frente de él, en primera fila, se encontraba el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre –hombre de acción, y amigo de Riese—y asimismo el presidente de Focus, Daniel Martínez, y la presidenta de Adetca, Isabel Vidal, y asimismo Asumpta Escarp, vicepresidenta segunda del Parlament. ¿El mensaje de Riese? “Hay que asumir el cambio y ver qué contrato popular nuevo se puede detallar”.
¿A qué tiene relación Riese? A fenómenos como la ‘enorme renuncia’, por el que millones de trabajadores en USA, asimismo en Francia, en menor medida en España, dejaron sus cargos laborales para “parar y ver la vida de otra manera”. A resoluciones de los mucho más jóvenes, “que no desean ser tutelados por los progenitores, por el hecho de que piensan que no les garantizan su porvenir, que va a ser mejor si son ellos, los hijos, los que toman las bridas”. Tiene relación Riese a los que no obedecen ideologías o consignas “sino más bien sus convicciones, basado en sus vivencias, o las de sus amigos y el ambiente inmediato”.
Sin poder respirar
El silencio fue terminado. El pequeño espacio entre libros en la librería Laie se redujo aún mucho más, pues Riese causó alguna angustia. Una suerte de falta de aire, exactamente lo que Riese piensa que sucede en la sociedad actualizada. “No tenemos la posibilidad de descartar que en Barcelona se generen manifestaciones por el derecho a respirar aire puro, pues la percepción es que falta aire, que es imposible respirar, en el doble sentido, físico y personal”.

Josep Sánchez Llibre, en la primera fila, escucha a Ruiz-Domènec, a la vera de Fèlix Riese / LG
En la librería Riese ha podido ver a amigos y populares, personas con compromiso de hoy y exresponsables hace unos años en distintos campos. Se encontraba el presidente de Agbar, Ángel Simón; el presidente del Círculo Ecuestre, Antonio Angosto, pero asimismo el exdirigente de Unió, Josep Antoni Duran Lleida o el exconcejal de urbanismo y mano derecha de Pasqual Maragall, Joan Torres. Asimismo la editora de Vegueta, Eva Moll, o el economista y humanista Lluís Boada. Todos ‘respiraron’ tras el alegato de Fèlix Riese, presto a prestar las claves del siglo XXI, como resaltó Ruiz-Domènec: “Eso es ambición, por el hecho de que lo enseña todo en un libro de 127 páginas”.
Riese acepta que esa situación le ha golpeado, que le “choca” ciertas acciones y situaciones. “El hombre, durante su crónica, ha luchado por subsistir en frente de la naturaleza, y en este momento el hombre se siente culpable de dañarla y la desea resguardar. Hay jóvenes en la India que han denunciado a sus progenitores por haberles engendrado. Sí, hay cosas que me chocan, que son novedosas, que detallan cambios”, apuntó.

Portada del libro de Fèlix Riese
Se aproxima una catástrofe o muchas al tiempo. Y el estado, las autoridades, lo llamado oficial, no las puede eludir o por el momento no puede tomar resoluciones que aseguren que se tienen la posibilidad de eludir. Esa es la percepción de miles de individuos, que decidieron, sí, instalarse en el bosque, en la naturaleza, para cuidarla, para sentirse confortado por ella. ¿Qué realizar frente todo ello? Para iniciar, Fèlix Riese demanda que no se ignore, que se sea consciente de lo que viene, de lo ahora llegó.