Mientras la tapa y caña se preparan, hablamos con José acerca de qué podemos encontrar en el History. “Para almuerzos y desayunos, desde las 7:00 hasta las 12:00 tenemos un bocadillo del día, siempre diferente al del día anterior“, relata el hostelero.

“A partir de las doce enganchamos con la tapa y caña, que es nuestra especialidad. Cada tapa es distinta, y varían tanto por la mañana y por la tarde, como por días de la semana“, detalla José. “Eso sí, aquí no tenemos comida como en un restaurante. Se come de tapeo“.

“Y viernes y sábado enganchamos con tapas más manchegas, como gazpachos, o ajo de harina. Y también tenemos platos de cuchara diarios“, concluye el ocupado camarero. “Si me disculpáis, voy a por lo vuestro, que ya es hora“, dice despidiéndose.

History hace las presentaciones de rigor con una tosta de calabacín, anchoas, queso y cebolla violeta. La combinación es buenísima: el calabacín suaviza el picor de la anchoa y el queso actúa como enlace entre sabores.

Mención especial al pan, que estará presente en todas las tapas, siempre a medio camino entre lo crujiente y lo sedoso. Y al tamaño, porque los y las de estómago pequeño solo necesitarán un par de tapas para saciarse.

Tras ello, seguimos con un par de tostas de jamón serrano a la plancha con huevo frito y pisto. Esta vez, acompañadas de unos crujientes cacahuetes salados. De nuevo, la mezcla es excelente, especialmente con los frutos secos en boca, que elevan la combinación y aportan textura.

La tercera ronda de cañas viene de la mano de unas tostas de berenjena en tempura. Esta vez, regadas de carne picada y cebolla frita en salsa bechamel. La berenjena sabe fresca y la tempura está en su punto: perfecto para apreciar la combinación en toda su esencia.

Y cómo ultimo regalo para la cuarta caña, tenemos magra frita con brotes y queso Philadelphia. Aquí, el queso es protagonista y son los brotes, la magra y los frutos secos quienes le acompañan. Deliciosa, cremosa y sustancial.

Pero como en El Gambitero somos unos galgos de cuidado, decidimos apuntarnos también al plato de cuchara del día: fidegúa. Y aunque el marisco acompaña que da gusto, es el sabor a pimiento lo que adereza esta increíble variación del plato. Recomendadísima.

Y con cinco cañas en el cuerpo y el estómago lleno para los siguientes cinco días, nos despedimos del History. Menos de diez euros por persona en lo que ha sido un auténtico desfile de tapeo variado, abundante y de calidad. Antes de irnos, José nos insta a repetir. “No vais a encontrar nada igual en Albacete“, dice sonriente.

Tal vez no en Albacete, pero hay una ciudad al sur donde si lo encontraríamos. Donde algunos dicen que no hay más pena, hija mía, que ser ciego en Granada. Pero en el este, nuestra historia nos dice que no hay más pena, gambitero, que no tener hambre en Albacete.