La interfaz de instructores Universitaris per la Convivència ha pedido al ministro de Universidades, Joan Subirats, que en el articulado de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), en trámite en el Senado, «se integre de manera expresa el deber de neutralidad ideológica de las universidades públicas y de sus órganos de gobierno y representación». Un principio que, según esta entidad, en Cataluña se ha infringido de manera reiterada en los últimos tiempos con claustros y los ocho rectores de los centros públicos dando su acompañamiento expreso al procés secesionista y al nacionalismo catalán.

En una carta abierta, el colectivo demanda al ministro Subirats –que en su día alardeó de haber votado en el referéndum ilegal del 1-O— que «fomente una modificación en el trámite de la ley en el Senado y se elimine el producto 45.2 g«, que establece como «función primordial» de los claustros universitarios «investigar y discutir temáticas de particular trascendencia«.

Defensa de derechos contitucionales

Según los instructores, «solo descartando el producto se zanjará cualquier duda y se aprobará una ley absolutamente respetuosa con la Constitución, como fué reiterada y consistentemente interpretada por el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo».

Los instructores han reaccionado de este modo a la contestación del ministro a una carta previo donde solicitaban a miembros del senado y miembros del congreso de los diputados que la LOSU «resguarde explícitamente la neutralidad política de los claustros para eludir que logren repetirse posicionamientos políticos como los que tuvieron rincón contra las condenas de los políticos del procés en 2019″.

Enmienda de ERC y Bildu en pos del partidismo

En la carta, los instructores denunciaron que una enmienda promovida por ERC y EH Bildu a la LOSU vaya orientada a beneficiar pronunciamientos partidistas de las universidades como los antes convocados.

Como contestación, Joan Subirats negó que la LOSU recoja que los claustros deban posicionarse sobre temas ideológicos y mencionó que las universidades son un «foro de discusión abierto para el enfrentamiento y también trueque de ideas», lo que está en «plena armonía con los principios democráticos y constitucionales».

Afirmaciones en pos del ‘procés’ representando a todos

Dada esta aseveración, Universitaris per la Convivència advierte de que «aprobar afirmaciones y manifiestos de contenido ideológico»  como ocurrió en Cataluña en los últimos tiempos «no es expresión de apertura ni está en armonía con principio constitucional o democrático alguno, sino más bien precisamente todo lo opuesto», con lo que solicitan al ministro que se eviten «vaguedades» en la regla y que esta no sea susceptible de interpretaciones, como puede suceder con la enmienda de los secesionistas catalanes y vascos.

Universitaris per la Convivència ha recordado que están esperando de que el ministro les reciba –algo que no ocurrió– para «exponerle nuestras intranquilidades, proposiciones y razonamientos», en tanto que estiman que «está en juego que la Facultad continúe siendo un espacio público, abierto y plural«, libre de partidismo.