La Audiencia de Barcelona juzgará el martes 17 y el miércoles 18 de enero al teniente de alcalde de Pineda de Mar (Barcelona) Jordi Masnou, a la entonces teniente de alcalde Carmen Aragonés y al jefe de la Policía Local, Carles Santacreu, por un presunto delito de coartes contra un hotel del ayuntamiento en el que se hospedaron agentes de la Policía Nacional desde unos días antes del referéndum ilegal y unilateral de secesión de Cataluña del 1-O de 2017.

En el escrito de acusación, consultado por Europa Press, el fiscal del Servicio de Odio y Discriminación solicita condenarlos a tres años de prisión y recopila que la noche del 2 de octubre los tres acusados en teoría entraron al hotel, solicitaron ver al directivo y uno le mencionó que «si no echaba a los policías le iba a cerrar el hotel al día después a lo largo de cinco años».

Intimidaciones

Parte de los agentes de Policía Nacional apartados a Cataluña con ocasión del referéndum ilegal secesionista del 1-O se hospedaron en ese hotel de Pineda de Mar desde finales de septiembre y con la previsión de estar allí cuando menos hasta el día 5 de octubre: se repartieron en 2 hoteles de exactamente la misma cadena, con 268 y 228 policías alojados en cada uno de ellos.

El fiscal recopila que el hospedaje transcurrió con normalidad hasta la noche del día 2, sobre las 21 horas, en el momento en que «de manera irregular, sin cita programada y por consiguiente fuera de la agenda oficial» los acusados se presentaron, al lado de una queja que reunió a unas 800 personas, en el hotel donde había 268 agentes.

Se aprovecharon de sus cargos

Sobre el jefe de la Policía Local, el fiscal resalta que «más allá de que no vestía uniformado, se identificó de manera expresa como tal», y cree que tanto él como el resto de acusados se valieron de su cargo para hallar echar a los policías del hotel.

El fiscal asimismo apunta que el teniente de alcalde Jordi Masnou «le mencionó que él era el que mandaba allí, que si él afirmaba blanco era blanco», y lo conminó con el cierre del hotel.

Tras el hecho, el gerente de la cadena hotelera comunicó que debía despedir a los agentes antes de las 16 horas del día después.

Antes de irse, la exteniente de alcalde Carmen Aragonés, «como forma de disuadir y satisfacer a una multitud exacerbada» concentrada en oposición al hotel, logró unas afirmaciones en televisión asegurando que el consistorio había logrado un convenio con la dirección de los hoteles a fin de que los policías no se hospedaran allí, y donde negó que el municipio los hubiese conminado a fin de que les expulsaran.