El fastuoso interior neoárabe de la finca El Paso, en Caudete (Albacete), ha recuperado su esplendor pasado, una vez que sus nuevos dueños adquiriesen el edificio y pusiesen en marcha su desarrollo de restauración. La villa entró en la Lista Roja de Hispania Nostra en el mes de julio de 2021 y termina de pasar a la Lista Verde (https://listaroja.hispanianostra. org/ficha/ finca-el-paso-2/).
Por otra parte, 2 monumentos mucho más de Castilla-La Mácula fueron incluidos en la Lista Roja por su estado de abandono: se habla del convento de los franciscanos de Tamajón (Guadalajara) y de las ferrerías de San José del Mazo, en Los Navalucillos (Toledo).
Pésimo estado de conservación
Los dos monumentos están en un pésimo estado de conservación con lo que varios elementos se perdieron. Por motivos como éstos, terminan de ser incluidos en la Lista Roja que realiza la asociación Hispania Nostra y que recopila mucho más de 1.100 monumentos españoles que están sometidos a peligro de desaparición, destrucción o perturbación fundamental de sus valores.
La finca El Paso
La finca El paso tiene su origen en el Conde de San Carlos, Francisco Albalat Navajas, quien edificó a inicios del siglo XX en Caudete un destacable grupo arquitectónico del que forman parte el vecindario y la iglesia de San Francisco, tal como la plaza de toros y la finca El Paso. No obstante, en 1916 muere y sus proyectos en la localidad se interrumpen, condenando a esta finca, de forma lenta, al estado de abandono y ruina.
El interior de la villa
El interior de la villa es el espacio mucho más fastuoso de toda la finca. En exactamente la misma podemos consultar un muy, muy bello ejemplo de arquitectura sintética con particular fijación en la arquitectura neoárabe de enorme predominación alhambreña, muy de tendencia en la temporada. Muestra una planta que se lleva a cabo cerca de un patio central con columnas, formando una galería a su alrededor. Este espacio se alumbra por medio de una vidriera que representa el cuadro de «La rendición de Granada» de Francisco Pradilla.
«Dios, Patria y Rey»
Entre las estancias podemos encontrar gabinetes, alcobas, comedor, baño, fumador, despacho, cocina, despensa y bodega. Se compone de tres plantas: planta baja, primer piso y desván, distribuidas cerca del patio interior, del que comienza la escalera primordial. Todos y cada uno de los espacios tienen este regusto neoárabe, tanto por la introducción de arcos de herradura como por los zócalos de azulejos, a eso que se aúna un cierto neogótico que se encuentra en la introducción de vidrieras. También, siendo Francisco Albalat un carlista proclamado, el lema ‘Dios, Patria y Rey’ hace aparición recogido en múltiples de estas vidrieras.
Convento de Tamajón
Por otra parte, en el momento en que los franciscanos fueron obligados a dejar el convento de la Concepción de la Madre de Dios de Tamajón (Guadalajara) tras la Desamortización de Mendizábal (1835), empezó la ruina de este cenobio. Fue usado como corral, almacén o trastero e inclusive se empleó la piedra del edificio para la construcción de novedosas viviendas en el pueblo. Las cubiertas se perdieron en su mayor parte hace cierto tiempo y las paredes de todo el grupo están surcadas de enormes fisuras. Hoy en dia está en ruinas, quedan ciertos arranques de los arcos de la iglesia y el claustro, tal como las bases de las pilastras del mismo, cubiertas por la vegetación. Pasó por múltiples manos y desde 1920 figura como del sol.
Su crónica comienza con María de Mendoza
Su crónica empieza a través de María de Mendoza de la Cerda, quien dejó escrito en su testamento que se entregase a los franciscanos el lote para alzar la novedosa casa y una proporción de 12.000 ducados para las proyectos. En 1592 el arzobispo de Toledo dio la licencia y se comenzaron las proyectos. Hasta Tamajón llegaron veinticuatro monjes que ocuparían, en un inicio, unas viviendas particulares. A inicios del siglo XVII ahora podrían instalarse en el convento. Ahora en el siglo XIX, en 1812, el convento se transformaría a la cabeza de la comarca habiendo sido destruido, por causa de la Guerra de Independencia, el convento de Cogolludo, viejo rector de la región.

El convento de Tamajón no posee ninguna protección legal.
El convento de Tamajón no disfruta de ninguna protección legal. Tenía una planta cuadrado articulada en torno a un claustro y un patio interior, con habitaciones para los frailes, una biblioteca, una iglesia con cinco altares y varias imágenes de beatos.
Las ferrerías de San José del Mazo
Las ferrerías de San José del Mazo tampoco tiene ninguna protección oficial y están absolutamente arruinadas. En 1844, Don José Safont, rico hacendado catalán y especulador que había hecho su fortuna consiguiendo recursos desamortizados, adquirió un molino en las riberas del Pusa y edificó un complejo metalúrgico movido por energía hidráulica. Se proveía de una presa sobre el río, y para su desempeño fue preciso crear un canal de enorme longitud con acueductos para socorrer riachuelos y perforaciones costosas en el lote pizarroso de las riberas. Se preservan asimismo restos de naves, hornos, casas de administración y obreros, etcétera. Lo edificó el ingeniero francés Elías Michelín, sepultado en los Navalucillos. Esta industria llegó a usar a trescientos hombres, y supuso un enorme impulso demográfico para la población de los Navalucillos, puesto que sostuvo su actividad fabril hasta principios del siglo XX.

Las ferrerías de San José del Mazo están absolutamente arruinadas. Fotografía: Miguel Méndez Cabeza.
Descripción
Según el «Diccionario geográfico, estadístico, histórico de España y sus pertenencias de ultramar» de Pascual Madoz (Tomo XII, La capital española, 1849), «la factoría de fundición de hierro […] llamada de San José se encuentra a 4 leguas al sur en el lugar llamado el Mazo, al lado del río Pusa, y radica en un enorme edificio para poner los martinetes; 2 enormes guardes para comibles y almacena de los útiles de trabajo, 4 amplias cuadras para el inmenso número de caballerías que allí se llenan, múltiples pequeñas viviendas para vivienda de los usados, capellán y médico habitantes en exactamente la misma; un prominente horno en trabajo, y otro a medio edificar, formando un pequeño pueblo. […]
«Los enormes fuelles de la factoría y de las cuajas donde se funden los útiles para los distintos trabajos, reciben su continuo movimiento a través de múltiples tubos impulsados por una enorme rueda movida por el agua del correcto río Pusa. Para esto se ha sangrado dicho río a través de un canal de bastante solidez y aptitud, de 1/2 leguas de longitud, habiendo debido socorrer los varios acantilado que están en el tránsito a través de puentes, ciertos de ellos de mucha elevación, y hallándose asimismo múltiples trozos de tal canal por bajo o en el centro de ciertos cerros en los que se hicieron galerías muy costosas. En las inmediaciones de la factoría, hay múltiples hornos de cal y carbón para el abasto de exactamente la misma, ocupándose en estos como en el resto trabajos mucho más de trescientos hombres y tipos, y otras tantas caballerías».