Las interfaces políticas se forman, medran y, si no implosionan, se convierten. Sirven de trampolín para ambiciones personales, de banderín de enganche para ánimas inquietas o de divertimiento para ociosos. Las hemerotecas tienen la posibilidad de ofrecer fe de esto. Corría el año 1999 en el momento en que la interfaz civil-política Ciutadans pel Canvi penetró en la escena electoral, para ofrecer acompañamiento a la candidatura de Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat. Poco tiempo después se presentaría en coalición con el PSC en unas listas electorales conjuntas y conseguiría un óptimo numero de escaños. Tras una década y un montón de contrariedades, se disolvió la interfaz y ciertos de sus integrantes han comunicado su adhesión a un grupúsculo llamado Nova Esquerra Catalana. Mucho más fresco en la memoria poseemos la situacion de Tenemos la posibilidad de. Un movimiento agregativo de diferentes sensibilidades de izquierdas –con liderazgos singulares como Pablo Iglesias y también Iñigo Errejón— que cumplidos mucho más de ocho años desde su creación se convirtió en un partido mucho más.

El ejercicio de responsabilidades institucionales forzó, en un caso así a los activistas antisistema de otrora, a repensar los temas y obrar consecuentemente. Para ellos, quizás lo más esencial, fue dilucidar sobre qué armazón organizativo sostener y justificar la administración del gobierno asumida tras el resultado de las urnas y los acuerdos con los socialistas. Dicen los politólogos que Unidas Tenemos la posibilidad de, y sus sucedáneos, se convirtieron en partidos como el resto, con una militancia de corte tradicional, con cuotas y estatutos. Unas formaciones en las que líderes como Ada Colau y sus colegas por el momento no están sometidos a la restricción de ordenes ni a una especialidad salarial. Ahora ven, la metamorfosis en el patio político de la izquierda asimismo existe.

La vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Popular, Yolanda Díaz, nos ofrece una interfaz política de campo español de inclinación progresista: Agregar. Nos comenta que este emprendimiento ciudadano, aún en etapa embrionaria, tiene como propósito ordenar la promesa. Pero, por ahora, lo que consiguió es que la vieja guarda podemita, Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias, haya tocado a rebato para evitar ser fagocitados como organización por la camarada Díaz. A propósito, si las cosas se complican en la esquinita de la izquierda, no les extrañe a ustedes que Agregar no llegue nunca a sobrepasar la  etapa larvaria.

¿Mucho más interfaces? Sí. En exactamente la misma semana otoñal en que los restos del teniente general Gonzalo Queipo de Plano salían de la Basílica de la Macarena en Sevilla, Macarena Olona presentaba en La capital de españa una interfaz destinada a batallar “la ideología criminal de género’’. De la misma la vicepresidenta Yolanda Díaz, la señora Olona piensa recorrer las tierras de España para dar a conocer su credo. La exdiputada de Vox desea agarrar el quinientos mil de firmas preciso a fin de que su Idea Legislativa Habitual (ILP) logre ser sustanciada en el Congreso de los Miembros del congreso de los diputados. Extraña regresar al hemiciclo y dejar caer una arenga con la capacidad de turbar a Santiago Abascal. Aduce que su propósito es derogar la vigente ley de crueldad de género y la futura ley trans. Comentan que Macarena se ha inspirado en los métodos y las proposición que llevaron a Giorgia Meloni a vencer en la selecciones italianas con su “Dios, patria y familia”. Ahí se confunde la alicantina, no tiene presente que su idolatrada Giorgia ha entrado en etapa crisálida, desea ser mariposa vistosa, y ahora se ha paseado por Bruselas para tranquilizar a las instituciones comunitarias.

Lo mencionamos todos hasta la saciedad, el quehacer de los políticos está cuestionado y es loable todo lo que promueva la participación del ciudadano en la cosa pública; en concordancia, pero con tiento, sin frivolidades y fuegos de artificio.

En el momento en que Michel Rocard abandonó la dirección del Partido Socialista francés (1994) elaboró esta reflexión sobre la política y sus instrumentos: “Las divisiones reales en pocos casos nacen de las ideas, sino más bien de las ambiciones, nostalgias y segundas pretenciones”. ¿Interfaces? Quizás sí, pero solo las justas y primordiales para no confundir al personal.