Clara Ponsatí volverá a España. Tras la reforma del Código Penal y la rebaja en los delitos investigados en la causa que instruye el juez Llarena contra los líderes del procés, la exconsellera ha adelantado que tiene planeado su regreso, pero que no posee intención de asistir al Tribunal Supremo.

La titular de Educación en la última etapa del Govern de Carles Puigdemont va a ser procesada solo por desobediencia, que comporta penas de inhabilitación y multa, pero no de prisión. Sus abogados ahora le han comunicado que «de entrada, debería poder circular libremente por el Estado español», según explicó en Catalunya Ràdio.

El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena / EFE

Plantón al Supremo

«Lógicamente, volveré a mi casa«, ha proseguido Ponsatí. No obstante, ahora ha advertido que no posee intención de dejarse ver por el Prominente Tribunal, al que no reconoce. Se ha proclamado siendo consciente de las secuelas que ello tiene la posibilidad de tener, pero ha insistido en que no reconoce «las competencias del Supremo».

¿Qué va a ocurrir ignore al tribunal? «No me deberían parar, pues tengo inmunidad, pero el juez Llarena ahora comenzaba a no respetar la inmunidad«, ha asegurado la exconsellera. «No ha respetado la inmunidad de los eurodiputados«, ha sentenciado.

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, junto a los exconsejeros Toni Comín y Clara Ponsatí en el Parlamento Europeo / EUROPA PRESS

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al lado de los exconsejeros Toni Comín y Clara Ponsatí en el Parlamento Europeo / EUROPA PRESS

No ve desjudicialización

La europarlamentaria ha arremetido contra Llarena, al que ha acusado de ser «la punta de lanza de la persecución de españa contra el presidente Puigdemont y su Govern». El magistrado alertó en su coche de que la reforma penal, pactada entre el Gobierno y ERC, expone un «contexto próximo a la despenalización» de los hechos investigados.

Ponsatí hizo otra lectura, ya que piensa que más allá de que va a tener efectos claros en su situación personal, no va a tener «enormes secuelas políticas», con lo que ve el alegato del diálogo y de la desjudicialización «completamente vacío». La exconsejera prepara en este momento su viaje a Cataluña, pero antes debe llevar a cabo «un hueco en la agenda para realizar la visita», ya que tiene compromisos en Bruselas y Estrasburgo la semana próxima.