En materia económica, el presente ejercicio va a ser desilusionante. Sin embargo, este país no va a caer en recesión, así como ciertos políticos y investigadores liberales mantenían hace unos meses. En el peor ámbito, el desarrollo del PIB equivaldrá a unas décimas y en el más destacable se aproximará al 2%, siendo la segunda opción bastante mucho más viable que la primera. En todo caso, un aumento de la actividad substancialmente inferior al 5,4% del pasado año.

El menor desarrollo va a ser eminentemente consecuencia de la elevada subida de las clases de interés del BCE, la continuidad de la indecisión económica, la pérdida de poder de compra de las familias y un poco incremento de las exportaciones por el empeoramiento de la coyuntura en todo el mundo.

Pese a ello, el aumento del PIB español superará con holgura el de la Unión Europea (UE). Este país va a estar entre los cinco con mejor evolución del conjunto de naciones y liderará el desarrollo de las naciones con mayor población. Los primordiales fundamentos van a ser los próximos.

1) Un alto incremento del gasto público y una reducción de los impuestos. El presente ejercicio es un año electoral, ya que están previstas selecciones municipales, autonómicas y en general. Por dicho fundamento, las diferentes Gestiones Públicas acrecentarán su gasto y reducirán los impuestos para prosperar la percepción de su administración entre los ciudadanos y también recompensar el voto a la opción que representan.

Por el lado del gasto, las partidas mucho más resaltadas van a ser las destinadas a subvencionar la elevada subida de las pensiones contributivas (8,5%) y asistenciales (15%), el incremento de los subsidios a las familias con menos capital, la construcción de nuevos equipamientos, la reforma de varios de los recientes y la rehabilitación de varias calles.

Por el de los tributos, el Gobierno va a aumentar el mínimo exento en el IRPF (de 14.000 a 15.000 euros), suprimirá el IVA de los alimentos básicos y proseguirá estableciendo una mínima imposición sobre la electricidad. Varios Ejecutivos autonómicos reducirán las clases del impuesto sobre la renta y ciertos alcaldes reducirán el IBI o el gravamen sobre los automóviles.

2) Un menor peso relativo del campo industrial.  La crisis energética, generada por el enorme incremento del precio de la electricidad y del gas, tiene una mayor influencia sobre las compañías industriales que sobre las de servicios. Un resultado derivado del mayor consumo de los dos modelos por la parte de las primeras.

De manera relativa, esa coyuntura nos estimula. Las claves son una achicada participación del ámbito industrial en el PIB y una menor utilización del gas como materia prima o fuente de energía. En este país, en 2021 el previo campo representó el 16,9% del valor añadido bárbaro (VAB). Un porcentaje inferior al visto en la UE (20%) y en países como Chequia (27,7%), Polonia (25,1%), Alemania (24%) y Austria (21,6%).

Las compañías españolas usan bastante menos gas que las alemanas y las de los países mucho más industrializados de Europa del Este. Asimismo lo hacen las familias. Sin embargo, en 2019 las primeras representaban el 54% del consumo del país. En 2021, España consumió 2,9 terajulios por cada 100 pobladores, una cantidad inferior a la de la UE (3,2) y en especial a la de Alemania (4,3), Austria (4) y Chequia (3,5).

La menor utilización del gas por la parte de las compañías españolas viene cierta por su mayor precio y la menor presencia de industria química, metalúrgica y de alimentos elaborados. En España, mucho más de media materia prima llegaba por metanero, al tiempo que en Alemania y Europa del Este prácticamente todo el suministro venía por gasoducto. Además de esto, el importe fijado por Rusia era inferior al predeterminado por Argelia. De ahí que, Italia importaba mucho más del primer país que del segundo, estando mucho más próximo geográficamente el último.

3) Una menor dependencia de Rusia. En 2023, la intensidad de los inconvenientes económicos de los países de la UE va a estar muy relacionada con su nivel de dependencia de Rusia en el reciente pasado. Específicamente, va a ser mucho más elevada en el momento en que mucho más dependían del gas y petróleo ruso, mayor porcentaje de sus exportaciones destinaban a la previo nación y mucho más ampliamente sus bancos financiaban a las compañías del país eslavo. On-line en general, los del Este padecerán considerablemente más adversidades que los del Oeste, siendo probablemente Italia una salvedad.

En España, en 2021 las importaciones de gas y petróleo de Rusia ascendieron respectivamente al 8,9% y 4,6%, las exportaciones de mercaderías únicamente representaron el 3,1% y en su activo nuestros bancos tenían un insignificante volumen de crédito asociado a compañías rusas. Por consiguiente, antes del conflicto armado, este país era entre los de europa más dependientes del régimen de Putin.

4) El impulso del turismo. La crisis generada por el Covid–19 afectó primordialmente al campo servicios y en especial al turismo. El enorme peso de la última actividad en el PIB (en 2019, el 12,6%), unido a un largo confinamiento, provocó una caída de la producción en 2020 del 11,3%. Ningún otro país europeo o de la OCDE tuvo una disminución afín.

En 2023, la vieja desgracia se transformará en suerte. Pese a la recesión sufrida por varios países del conjunto de naciones, el turismo en España va a tener un magnífico ejercicio. Los primordiales motores del apogeo van a ser el deseo de recobrar los viajes perdidos a lo largo de 2020 y 2021 y el regreso a la forma de trabajar y gozar anterior a la aparición del Covid–19. De los primeros, el primordial financiador va a ser el ahorro juntado a lo largo de la pandemia.

En contraste a lo que afirmaban varios investigadores, el turismo no es un actividad del pasado, ya que tiene un esplendoroso presente y futuro. En el último año, de esta manera lo prueban los datos libres. Hasta octubre de 2022, el gasto de los turistas extranjeros que visitaron España ascendió a 76.433 millones de euros. Un importe semejante al 93% del logrado en 2019 hasta exactamente el mismo mes, más allá de que el Covid–19 impidió varios desplazamientos a lo largo del primer período de tres meses del postrero ejercicio.

Al fin y al cabo, 2023 no va a ser un óptimo año. Sin embargo, bastante superior que alguno de los vistos en los periodos 2008-13 y 1992-93. 2 etapas en las que la economía de españa entró en recesión. Un mal del que se salvará en el presente año, pero que no van a poder eludir numerosos países del Este de Europa y Alemania. En este momento, el último es la cruz de la moneda y nosotros la cara. Todo lo opuesto de lo que sucedió hace tres quinquenios.