La restricción de venta de alcohol en el ambiente de los estadios del Mundial de Qatar se aúna a las limitaciones ahora anunciadas por los organizadores, que ponen al acontecimiento bajo la lupa de los observadores a un par de días de su comienzo.
Contra todo pronóstico, la FIFA había comunicado que el alcohol, un producto muy cercenado en el país, iba a venderse en bares libres en los alrededores de los estadios tres horas antes del comienzo de los partidos y una hora tras su final.
Pero a 48 horas del partido inaugural entre el país anfitrión y Ecuador, la FIFA dio marcha atrás y aseguró que, según con los organizadores, no se podría vender alcohol en esas franjas.
Su consumo queda limitado a las ‘seguidor zones’ y a esos sitios de comidas que estén autorizados en venta, tal como a determinadas áreas designadas.
Fue el epílogo a un pulso entre la marca de cerveza que patrocina el acontecimiento y las autoridades locales, que aseguraban que la mayoría de los apasionados que van a viajar al país del golfo provendrán de Oriente Medio y el sureste asiático, donde la venta de alcohol tiene menos arraigo que en otras zonas de todo el mundo.
La organización asimismo aconsejó de manera expresa a los apasionados que no traigan bebidas alcohólicas en sus maletas.
Múltiples asociaciones de apasionados de europa enseñaron ahora su preocupación por esta resolución, que se aúna a otras espectaculares en el planeta del fútbol.
Todos con remera
Entre ellas, la de despojarse de la remera en las gradas de un estadio, algo que no va a estar tolerado a lo largo del Mundial de Qatar.
Otro de los elementos que generó disputa es la restricción del contacto físico públicamente, algo que las autoridades cataríes no han explicado con claridad.
En sus páginas de internet, instan a los fanes a respetar las reglas locales, si bien no detalla los actos que van a estar prohibidos.
El presidente del Comité Organizador, Nasser al-Khater, creó polémica meses atrás al garantizar en la CNN que estaban prohibidas «las muestras públicas de aprecio». Lo ha dicho en contestación a una pregunta sobre la homosexualidad, pero aseguró que esa medida se aplica asimismo a los heterosexuales.
«En Probar viven heterosexuales y gays. Todo el planeta es bienvenido al país, pero la manifestación pública de aprecio está mal vista. Eso se aplica a todos (…) Alén de eso, todo el planeta es libre de vivir su historia», señaló.
Probar tampoco desea, según reza la página de internet de los organizadores del Mundial, una indumentaria que considere indecorosa. La recomendación pasa por llevar cubiertos hombros y rodillas, algo que se demandará en inmuebles gubernativos.
En un Mundial que se disputará con temperaturas sobre los 30 grados, los organizadores dejaron claro que los trajes de baño quedan limitados a las piscinas de los hoteles y a las playas.
El país mostró asimismo un celo especial con la toma de imágenes de las edificaciones gubernativos, que están tajantemente prohibidas, al paso que grabar en algunas áreas precisará de un permiso particular.
Un límite que sirve para los apasionados que resuelvan asistir al Mundial, pero asimismo para los cronistas, que tienen que soliciar autorizaciones concretas para sus rodajes.
La secuencia de un notero danés que se ve detenido por trabajadores locales en el momento en que grababa su crónica sobre el Mundial dió la vuelta al planeta merced a las comunidades, en una exhibe de la tensión del ámbito, más allá de las excusas que pidieron los organizadores.