Puigdemont está de vuelta, pero no a España, por ahora, sino más bien a la política. La reforma del Código Penal devolvió al expresidente de la Generalitat al centro de la pista del procés. El prófugo es el elefante de la habitación y ayer tuvo horas de gloria tras la resolución del magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que suprime el cargo de sedición de las órdenes de detención de los escapados por la independencia.
El ámbito en el seno del independentismo es de una alguna euforia, más que nada en ERC. Los cambios en el Código Penal dejan, por servirnos de un ejemplo, el retorno de la asesora general de la capacitación republicana, Marta Rovira, o de la exconsejera de Educación, Clara Ponsatí, a las que Llarena solo imputa un delito de desobediencia, exento de penas de prisión. Ponsatí, que un día puso un pie del otro lado de la frontera de españa, ahora dijo que en este momento va a poder pisar el territorio catalán. Y el que no es catalán asimismo.
No obstante, Puigdemont no está acorde, no le vale el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el Govern que se tradujo en el substantivo cambio de remover la sedición de su horizonte judicial en España. Desea mucho más. Honores de capitán general, fanfarrias en la frontera, un desfile de la victoria por la Diagonal de Barcelona, inmunidad, impunidad y 2 huevos duros. Maximalismo al peso.
Si por la mañana declaraba el letrado Boye a Basté que su cliente, el antedicho Puigdemont, retornará a territorio nacional este año, durante la noche salía el prófugo a decir lo opuesto en un mensaje «institucional» en sus cuentas de las comunidades. El hombre de Waterloo no se fía del Gobierno ni del Govern. Menos aún del togado Llarena. Que absolutamente nadie le espere o que lo hagan sentados. No volverá por el hecho de que eso sería admitir que la autopista la han tendido sus contrincantes republicanos con su archienemigo Junqueras adelante.
«Puigdemont: ‘No volveré ni esposado ni rendido frente a un juez español a fin de que sea indulgente'», titula Crónica Global sobre una parte redactada por Ricard López y que comienza de este modo: «Carles Puigdemont repudia la reforma del Código Penal que ha propiciado que el juez Pablo Llarena haya debido abandonar pedir su distribución por sedición habiendo sido derogado este delito por el Gobierno de Pedro Sánchez. El expresidente de la Generalitat, fugado por el procés secesionista catalán, ten en cuenta que todavía se le puede condenar por malversación y desecha regresar a España, al estimar que su justicia «no es democrática», que se le persigue por causas «políticas», y comunica que proseguirá intentando encontrar su absolución en los tribunales de europa. «No volveré ni esposado ni rendido frente a un juez español a fin de que sea indulgente. Lucharé para regresar libre», ha manifestado el prófugo en una corto declaración en vídeo este jueves durante la noche».
Prosigue el artículo: «Puigdemont ha reaccionado de esta manera a la resolución del juez Llarena –que instruye en el Tribunal Supremo la causa del procés– de sostener su procesamiento por desobediencia y por malversación agravada, un delito castigado con una lástima de hasta 12 años de prisión. Sin refererir explícitamente a ERC y al Govern de Pere Aragonès, Puigdemont se mostró muy crítico con la reforma del Código Penal pactada entre los republicanos y el Gobierno de PSOE y Unidas Tenemos la posibilidad de: «Yo no avalaré con mi beneficio personal una política que quiere criminalizar el anhelo de los catalanes de vivir finalmente en un país libre», dijo, dejando clara su intención de no regresar a España mientras que continúe siendo solicitado por la justicia».
Esa es ya que, la contestación de Puigdemont a la orden corregida de búsqueda y atrapa desarrollada por Llarena, orden que es por su parte la réplica del Supremo al Gobierno según la lectura que se efectúa del contencioso en el digital El Nacional. «Llarena se revuelve y ajusta tienes Sánchez por la derogación de la sedición» se titula la parte que firma Marta Lasalas: «El juez Pablo Llarena ha aprovechado su coche con relación al procesamiento de los políticos independentistas asilados para cambiar las tienes la reforma impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez para derogar el delito de sedición. El juez no solo sortea esta reforma y prosigue castigando a los independentistas exilados con la máxima pena por malversación, sino además de esto carga sin ambages contra los razonamientos esgrimidos para ingresar estos cambios en el Código Penal. Llarena asigna la reforma de la ley, pactada entre PSOE, Tenemos la posibilidad de y ERC, a una «marcada discrepancia» con la sentencia del juicio del procés y repudia que se sostenga en cuestiones formales o de proporcionalidad o en la necesidad de asegurar los derechos y libertades escenciales, como se ha señalado. El juez demanda que los legisladores han desarrollado un contexto en que se despenaliza a los acusados por sedición a causa del referéndum del 1-O».
Sigue la nota: «Tras años persiguiendo a Carles Puigdemont y al resto de asilados con euroórdenes hasta la actualidad ineficaces, Llarena ha debido enseñar un nuevo coche para amoldar esta situación a la reforma del Código Penal que el día de hoy (por ayer) entra en acción y donde desaparece el delito de sedición. (…) Ten en cuenta que «como primera justificación», la reforma apunta las «imprecisiones normativas de la redacción del precepto» que fuerzan a determinar la conducta sosprechada, y recrimina, nuevamente con tono irónico, que en esta opinión «se prescinde de determinada visión de indudable interés», como es el hecho que unicamente se ha aplicado una vez el delito de sedición desde el momento en que entró en vigor el llamado Código Penal de la democracia. «Consecuentemente, difícilmente puede sostenerse –como apunta la exposición de fundamentos– que la deficiente definición gráfica del tipo penal puede beneficiar la opresión penal de hábitos democráticos y disuadir a los ciudadanos de ejercer sus derechos y libertades escenciales, específicamente, ciertos derechos como la independencia de expresión o la independencia de asamblea», añade».
Sobrevolando los matices, en La Vanguardia Enric Juliana valora los peligros adoptados por el Gobierno generalmente y Pedro Sánchez particularmente. «Se la juegan» es el titular de su ánalisis, que afirma entre otras muchas cosas que «en el momento en que faltan once meses para las selecciones en general, el Gobierno puso a cargo de los jueces puntos sustantivos de su política, sin haber podido pacificar antes el Consejo General del Poder Judicial, tras el frenazo de Alberto Núñez Feijóo el mes pasado de octubre. Son ediciones de la legislación penal que afectan al desenlace de la crisis política catalana, a la interpretación de ciertos delitos de malversación (corrupción para la multitud del común) y al castigo de los delitos de crueldad sexual. En esos tres guardes hay bastante dinamita para realizar saltar la legislatura por los aires. Nos encontramos frente a una temeridad que puede representar la derrota de la izquierda en las próximas selecciones en general. (…) Un código penal es un mecanismo complejo. El cambio de sola una parte perjudica en el instante a distintos engranajes, que han de ser reinterpretados. No son cambios regidos por un fácil automatismo. En esa mecánica participa la toga. Y las togas primordiales el día de hoy están soliviantadas».
Portada de ‘La Vanguardia’ de 13 de enero de 2023 / kiosko.net
Juliana concluye su parte así: «El Gobierno tiene sus causas, pero no puede alegar ingenuidad. Ha abierto tres frentes judiciales vertiginosos –revisión de la piedra angular de la sentencia sobre el procés, revisión de ciertos delitos de corrupción y revisión de los delitos de crueldad sexual– a un año de las selecciones, en un contexto de fuerte tensión con la magistratura conservadora, esto es, con la mayor parte de los jueces».
A fin de que entonces vaya Puigdemont y afirme que no le vale, que la reforma es una chapuza y que él prosigue a sus cosas en el caluroso y confortable cobijo de la campiña flamenca.
El prófugo está nuevamente on fire, en lo prominente de los sucesos de la prensa. Como al poco de darse el piro. Asimismo está en rema el procés en el viejo conjunto de naciones. «El Parlamento Europeo reitera que la «injerencia» de Rusia en el separatismo catalán», advierte El Confidencial. En el sumario se añade que «un escrito de la Cámara social exhibe su «preocupación» por la intromisión del Kremlin en el desarrollo y solicita a los “parlamentos nacionales” que creen órganos que supervisen la manipulación de información». Redacta Antonio Fernández: «El separatismo catalán tenía detrás la mano de Vladímir Putin. Eso es lo que destaca un informe del Parlamento Europeo, que ha entrado en etapa de enmiendas hasta el 31 de enero y que se va a llevar a pleno esta primavera para ser aprobado. La Cámara legislativa social “repite su preocupación por las permanentes revelaciones de financiación masiva rusa de políticos y partidos en una secuencia de países democráticos, con el propósito de entorpecer en sus procesos internos; manifiesta su preocupación por la amplia y extensa injerencia de Rusia en el movimiento separatista de Cataluña”, afirma el artículo del informe».
Prosigue Fernández: «No se debe olvidar que en el mes de octubre de 2017 Carles Puigdemont se llegó a entrevistar con oscuros individuos que afirmaban operar representando a la Administración del Kremlin y que su círculo íntimo procuró entrar en contacto con los servicios misterios rusos y con el partido de Putin para lograr negociar el acompañamiento de Moscú a una hipotética independencia de Cataluña. Nuestro jefe de la Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, viajó en un par de ocasiones a Moscú y se vio allí con exespías del FSB (el viejo KGB), aparte de trabar seguridad con Evgeni Primakov, nombrado en 2020 jefe de la Oficina de Relaciones De todo el mundo del Kremlin (su abuelo había sido ministro de Exteriores ruso y jefe del Servicio de Sabiduría Exterior, SRV). Fruto de esa tarea de acercamiento a la Administración rusa fueron el trato delicioso que múltiples medios controlados por Moscú, como Russia Today y Sputnik, brindaron al expresidente catalán y la tarea de desinformación de esos medios sobre el procés catalán. Puigdemont asimismo se llegó a reunir en el hotel Kempinski, en Ginebra (Suiza), con un link del Kremlin en el mes de junio de 2019″.

Portada de ‘El Confidencial’ de 13 de enero de 2023
La nota de El Confidencial destaca además de esto que «ciertos portales independentistas catalanes son virulentamente prorrusos y resaltan en sus aclaraciones novedades que dañan cotidianamente a Ucrania en el enfrentamiento entre los 2 países del este. El Europarlamento solicita, de esta manera, adoptar «mucho más medidas para respaldar el periodismo sin dependencia en zonas influidas por agentes extranjeros malintencionados como Rusia y China. Repite, por consiguiente, su llamamiento a fin de que se cree un fondo europeo de medios democráticos a fin de respaldar el periodismo sin dependencia en los países de la ampliación, los países de la vecindad europea y los países aspirantes»».
A todas y cada una estas, «Solo un 4,2% de los catalanes piensa que el ‘procés’ terminará con la independencia, según un sondeo», afirma El País. Esta información estadística viene con la firma de Àngels Piñol, quien redacta que «una encuesta del Centro de Ciències Polítiques i Socials de la Facultad Autònoma de Barcelona ha lanzado que solo el 4,2% de los encuestados piensa que el procés terminará con la independencia. La cifra es la mucho más baja de todo el histórico que alcanzó su mejor porcentaje en 2015 en el momento en que el porcentaje se situó en el 17,1%. El 41,6% de la gente consultadas auguran que el procés concluirá con mayores cuotas de autogobierno o, con exactamente el mismo porcentaje, bien en nada. El informe, cuyo trabajo campo lo efectuó la compañía demoscópica GESOP, se efectuó entre el 19 de octubre y el 11 de noviembre de 2022 sobre un cosmos de 1.200 personas».
Y: «Con un 47%, la mayor parte de personas encuestadas detallan su prioridad de que se dote a Cataluña de sobra autogobierno mientras que un 29,4% se inclinan por la secesión. Un 17% son las que desean que se finiquite el procés. El informe recopila que la cuestión de la independencia todavía es escencial para los ciudadanos en el momento de producir su voto. Un 39% de los encuestados asegura que es “fundamental” para ellos la situación que tenga sobre la secesión el partido al que voten; un 25,3%, “fundamental” y solo un 15%, poco esencial».

Portada de ‘El País’ de 13 de enero de 2023 / kiosko.net
Mucho más novedades. Shakira asuela con su canción sobre Piqué y su pareja, Clara Chía. La letra es un genuino desvarío. Clara-cabeza, la música que sal-pica y esa producción de un tal Bizarrap en una suerte de habitación de joven que vive en Internet. En las redes no se charla de otra cosa. La artista se considera Ferrari y Rolex y deja a la novia del exfutbolista a la altura de un Twingo o un reloj Casio. Y ojo al piojo con esta estrofa: «Me dejaste de vecina a la suegra, con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda. Te creíste que me heriste y me volviste mucho más dura. Las mujeres por el momento no lloran, las mujeres facturan». Desde el «Rata de 2 patas» de Paquita la del vecindario no se había visto cosa igual.
La plebe se relame con esa bronca interminable públicamente. La reconciliación entre la atómica expareja no semeja en este momento posible, pero cosas mucho más extrañas se vieron. He ahí la situacion de Tamara y Onieva.
13 de enero, santoral: Hilario de Poitiers, Agricio, Godofredo de Ilbenstad, Juta de Huy, Kentigerno, Pedro presbítero y mártir y Remigio de Reims.