Rozalén ha publicado nuevo disco, Matriz (Sony), con el que festeja su décimo aniversario en la música y canta en castellano, gallego (A Virxe do portovello, al lado de Tanxugueiras), en catalán (Amor del bo, con Silvia Pérez Cruz) o en euskera (Xalbadorren Heriotzean). «Pienso que soy alguien que quiere bastante su tierra y lo pruebo. Para mi o sea estimar a España», ha señalado en un reportaje con Europa Press, donde ha recalcado que intentó de amoldarse a la civilización y a la crónica de las zonas españolas por el hecho de que «es la forma mucho más bonita de decir te deseo a alguien».

La artista albacetense ha concluido esta semana la da un giro de su último álbum El árbol y el bosque por América latina, lo que fué un «sueño» para ella pues pudo tener el acompañamiento por vez primera de su banda. Rozalén ha confesado que le agradaría reposar, más allá de que lo realiza lanzando un nuevo disco.

«Matriz es un capricho por el décimo aniversario. Vamos a hacer cinco ciudades en el último mes del año (A Coruña, Albacete, La capital española, Barcelona y Málaga) pero necesito digerir estos últimos años y encararme a temas personales», ha subrayado.

Su nuevo disco piensa un recuerdo y un «viajazo» a su niñez, «en el momento en que tocaba la bandurria con siete años», y que le asiste para no perder su «raíz». «Para mí, mi raíz es el cariño por el pueblo, el cariño a los mayores, el respeto a lo diverso, lo rico y lo plural. Yo amo el campo, la tierra, la naturaleza», ha detallado.

Rozalén ha compuesto 21 canciones que recorren la música habitual de distintas zonas españolas, y lo realiza con colaboraciones de conjuntos locales.

«Las canciones han nacido tras encuentros muy lindos. Por servirnos de un ejemplo, con Tanxugueiras estuve observando vídeos de mujeres mayores cantando, con Rodrigo Grutas me fui a su pueblín y en una sidrería estuvimos horas. Todo ha salido de forma muy natural», ha comentado.

En este viaje, el euskera fué la lengua que mucho más le ha costado, pese a ser la cuarta vez que canta un tema de esta manera, al tiempo que el gallego le ha semejado «muy amable» y el catalán le cuesta menos por el hecho de que lo ha cantado desde pequeña si bien «hay consonantes que son inviábles». Rozalén, que se definió como una mujer «hipersensible, para lo bueno y lo malo», ha confesado que le «duele mucho el planeta» y desgraciadamente poco a poco más, y quiere que se le recuerde como un artista «transparente» y «enserio». «No hay patraña en lo que hago», enfatizó.

Su mayor premio. A lo largo de la entrevista, Rozalén ha complacido los premios que ha cosechado en estos 10 años de carrera pero, como ha mostrado, el mayor premio aún no le llegó. «Los premios son una lotería pero yo deseo que jamás me falte la inspiración ni cosas que contar. Mientras que haya canciones, voy a estar seguro».

En este sentido, ha señalado que su mayor temor es perder la inspiración. Por este motivo, pelea por continuar «evolucionando y aprendiendo». «Siempre y en todo momento procuraré realizar canciones que me sirvan y me sanen, y que esto se logre mover al público», ha aceptado.

La artista, que se considera ciudadana antes que artista, ha elogiado que la popularidad le deja tener un altavoz «para realizar el bien» y ha defendido la relevancia ofrecer su opinión sobre distintas temas.

«En ocasiones me he sentido peor por no charlar, que comentando. En un largo plazo me duele no decir algunas cosas al tiempo que en un corto plazo todo es mucho más lamentable pero todo pasa», ha sentenciado.

Uno de estos temas, sobre los que mostró su posición, es la sanidad pública, a la que este domingo, 13 de noviembre, defenderá en una manifestación en La capital española. «Deberíamos procurar todos asistir a la sanidad pública si bien es verdad que en los últimos tiempos se aprecia de qué manera los expertos se ahogan», ha apuntado.