«Es un homenaje de respeto, cuenta y admiración a Barcelona». De esta manera de tajante se mostró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la cima con el presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron, siendo preguntado sobre su decisión de la Localidad Condal para la firma del Tratado de Amistad y Cooperación con el país vecino. Una cima que volvió a situar a la ciudad más importante catalana en el mapa político en todo el mundo y que ha ahondado la herida independentista con un nuevo desencuentro entre ERC y el campo mucho más extremista del independentismo, introduciendo a Junts per Catalunya (JxCat), la CUP y entidades secesionistas.
Pedro Sánchez y Emmanuel Macron / EUROPA PRESS
En frente de la debilidad del independentismo, con un president de la Generalitat cuyo papel fué sin importancia y que no ha satisfecho ni a propios ni a extraños, Sánchez ha exhibido liderazgo desembarcando en Barcelona flanqueado por diez ministros, volviendo a situar en el foco a la localidad tras unos años de aislacionismo provocados, en parte importante, por el procés.
Aragonès, diana de los asaltos
Un procés que quizás no haya acabado completamente — en oposición a lo que ha dicho el ministro de la Presidencia, Felix Bolaños, en unas afirmaciones que levantaron polvareda–, pero cuyos personajes principales atraviesan una crisis de probabilidad sin precedentes. Por una parte, Pere Aragonès dio la orden a ERC de boicotear la cima donde él mismo participó con un papel testimonial. Una jugada que no le ha resultado, en tanto que fué diana de los asaltos de los mucho más radicales alentados por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y sus exsocios de Govern de Junts y la CUP.
Además de esto, la comitiva del líder de los republicanos, Oriol Junqueras, cuyo propósito era realizar los seguidores menos moderados de ERC y con las entidades, salió escaldada con un duro abucheo que les forzó a salir escoltados entre chillidos de fora, botifler («fuera, traidor») y «traidor, te deseamos en prisión».
Xavier Trias, desaparecido
Por otra parte, la líder de JxCat, Laura Borràs, y su núcleo duro vertieron duras acusaciones contra el president rodeándose de incondicionales del expresident fugado, Carles Puigdemont, quien por su parte elogió «el golpe de autoridad y solidez» de los participantes de la manifestación. De esta manera, tras múltiples meses desde su salida del Govern, la relación con los que fueron sus asociados republicanos no hizo mucho más que empeorar y el partido prosigue escorándose hacia situaciones poco a poco más radicales. Con la salvedad de un Xavier Trias que excusó su presencia en la manifestación y que es muy siendo consciente de que hay fotografías que es preferible eludir a pocos meses de iniciarse su campaña electoral como alcaldable en Barcelona.
Así, la cima entre Sánchez y Macron ha mostrado la falsa unidad independentista a la par que ha valorizado la imagen de Barcelona a escala en todo el mundo.

Laura Borràs antes de la XXVII cima hispanofrancesa / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)
Barcelona, deseo socialista
Por su lado, Sánchez es siendo consciente de la relevancia de la plaza de Barcelona para salir airoso de las selecciones municipales del próximo mayo. En verdad, es un misterio a voces que la Localidad Condal, adjuntado con Sevilla, es objeto de deseo socialista para coger impulso de cara a los comicios en general. Esto quedó patente con el desfile de ministros socialistas que han aterrizado en la ciudad más importante catalana y con los permanentes halagos de Sánchez hacia la localidad a lo largo de su rueda de prensa, siendo consciente de que el PSC se la juega frente a los pronósticos de un triple empate con Ada Colau y Xavier Trias.
En este sentido, con un alegato que podríamos regresar a oír a lo largo de la campaña de las selecciones, el gobernante ha sacado pecho de que en este momento «la Constitución sí se cumple en Cataluña». Y ha publicado un dardo al PP deslizando que los catalanes, «a lo largo de varios años, y con razón, se han quejado de que el Gobierno no se ha puesto en compromiso ni en elementos, ni en colaboración, ni en su visibilidad en todo el mundo«.

Manifestación independentista por la Cima Hispano Francesa en Plaza Cataluña / LUÍS MIGUEL AÑÓN (CG)
Por todo ello, ni los silbidos ni el plantón de Aragonès a lo largo de los himnos nacionales han nuboso el cielo de una cita marcada en colorado en el calendario de los socialistas. Una cita que sella las buenas relaciones entre Sánchez y Macron y fractura aun mucho más al independentismo a unos 4 meses de proceder a las urnas.