Un chatarrero de compañías ha comprado nominalmente las acciones del Hotel Fairmont Juan Carlos I de Barcelona y ha prometido reabrirlo en 2023. El letrado experto en sociedades quebradas Pablo Usandizaga ha conseguido las acciones del cinco estrellas enorme lujo apoyado por Tyrus Capital, el fondo que ha comprado la deuda, y ha adelantado que lo reactivará la próxima primavera tras estar mucho más de un par de años cerrado, desde la etapa dura de la pandemia en el mes de marzo de 2020. 

De este modo lo comentan fuentes del ámbito conocedoras de los movimientos en torno al único lugar hotelero de enorme lujo aún cerrado tras la etapa mucho más virulenta del coronavirus. Especifican que Usandizaga se ha hecho con las acciones de la sociedad rectora del hotel, Barcelona Project’s SA, y que pondera abrir puertas para mayo o junio de 2023, en el momento en que comienza la temporada alta de verano en Barcelona. 

Tyrus compra la deuda

Esa operación tiene una anterior. Como explicó este medio, Tyrus Capital, primer acreedor de los cerca de 80 millones de deuda del Juan Carlos I, ha comprado la integridad de las obligaciones. El vehículo inversor del polémico financiero Tony Chedraoui se hizo con todos y cada uno de los adeudos, entre aquéllos que se incluía un enorme bulto a cargo de Bankinter

Hotel Fairmont Rey Juan Carlos I de Barcelona / GALA ESPÍN (CG)

Con esto, el vehículo con origen en Londres (Reino Unido) y Mónaco se carga con créditos de bien difícil repago. Lo realiza una vez que otros inversores tantearan la adquisición del activo, pero no lo lograran frente al enconamiento de posiciones de la compañía. 

El convenio, «adelantado»

Con Tyrus asumiendo la deuda y Usandizaga las acciones, el Fairmont Juan Carlos I encara una exclusiva etapa. El reto mucho más inmediato es escapar del certamen de acreedores de la sociedad, en el que entró en el mes de septiembre. Fuentes concursales han explicado que la insolvencia «está en vías de resolución», con un viable pacto para un convenio con los acreedores «prácticamente cerrado». 

Pero, por ahora, no lo está. El Fairmont prosigue cerrado y los cerca de 330 trabajadores –tenía prácticamente 500–, damnificados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) ya hace mucho más de un par de años y medio. 

Los saudíes, fuera

El doble cambio de manos tiene una derivada: la familia saudita Ben Nasser, dueña del activo hasta la actualidad, ha desaparecido del negocio. Los herederos del príncipe Turki ben Nasser, una parte de la familia real del estado del Golfo, no tenían interés en seguir en la administración del complejo turístico urbano ubicado caminando de la avenida Diagonal de Barcelona. Al final, han puesto las acciones a Usandizaga. 

Hotel Rey Juan Carlos I / GALA ESPÍN (CG)

Hotel Fairmont Rey Juan Carlos I de Barcelona / GALA ESPÍN (CG)

La resolución la habían tomado en el momento en que murió el integrante de la Casa de Saúd en el mes de enero de 2021 de manera inmediata. Sus herederos están refrescando el porfolio de activos, y Barcelona no está entre las plazas prioritarias. Antes, los Ben Nasser pasaron por ocasiones complicadas en el Fairmont, como ser embargados por la Seguridad Popular por las deudas. O un desafío judicial por la vía penal con Joan Gaspart, cuya cadena Husa administró el hosting a lo largo de 2 etapas. Gaspart ganó la situacion, como avanzó Crónica Global

Proyectos en los jardines

En esta novedosa etapa para el cinco estrellas, sus nuevos dueños ahora enseñaron buena intención. Han comenzado proyectos en los sensacionales jardines para adecentar el ambiente del hotel, que muestra una situación de deterioro por los años con la persiana bajada entre luchas societarias por hacerse con las acciones y la deuda. 

Por último, el Fairmont Juan Carlos I muestra una mínima inversión en la región verde que lo circunda. No obstante, van a hacer falta mucho más fondos para la puesta a puntito de cara a la primavera de 2023. Ello con una reforma integral parcialmente reciente aparejada a la llegada de la cadena canadiense como explotador. 

Historia turbulenta

Este cambio de manos de deuda y acciones de esta genuina localidad hotelera –tiene 432 habitaciones, jardines, accesos propios, Palacio de Congresos y un spa– en la frontera sur de Barcelona es la última distribución de una complicada historia. El hotel se abrió antes de los Juegos Olímpicos de 1992 para acoger a ciertas delegaciones deportivas. Husa Hoteles lo administró a lo largo de 2 etapas, un instante en que se produjo una copiosa deuda que aún pesa en los libros. Al final, Fairmont, del conjunto francés Accor, lo aceptó en 2014. 

Hotel Rey Juan Carlos I / GALA ESPÍN (CG)

Los jardines del Hotel Fairmont Rey Juan Carlos I de Barcelona / GALA ESPÍN (CG)

El negocio trató de arrancar con la marca premium, pero encadenó el procés independentista, las manifestaciones por el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel y la pandemia del coronavirus. Por último, fue a preconcurso y de allí a la insolvencia. Apollo Global Management sondeó su compra, pero se retiró de la operación. Para encharcar aún mucho más el tema, el municipio rechazó prorrogarle la concesión, que vence en 2039. Distintos apasionados han preguntado por el activo, pero al final fué el mayor tenedor de deuda el que lo ha conseguido. Y un chatarrero, que desembarca con la integridad de las acciones bajo el brazo y la promesa de devolverlo a temporadas pasadas.