El pasado martes ganó el líder, el jueves el perseguidor. Absolutamente nadie mucho más va a luchar por LaLiga, solo esos 2 equipos que tienen la posibilidad de posibilitarse agregar de tres en tres y, en el final del partido, como un conductor novel, percatarse de que estuvieron 90 minutos con el freno de mano puesto. Si a algún otro aparato se le sucede sestear (el mucho más ejemplo evidente, la tercera plantilla de España: el Atlético) encajará una derrota con prácticamente total posibilidad. El La capital española ha podido ‘reposar’ frente al Cádiz y lo mismo caía cara (ocasión marrada por Modric) que cruz (opción de Espino en el descuento con 2-1 en el marcador); el Barça ha podido pasearse por el Sadar a lo largo de la sección primera, aun quedarse en inferioridad numérica, y remontar con épica en la segunda mitad para sostener el liderato. Son los únicos aspirantes pues absolutamente nadie mucho más es con la capacidad de ganar los partidos sin la actitud adecuada para llevarlo a cabo. 

Aroma de otrora

La competición para con los comunes en todo lo prominente… y con Real Sociedad y Athletic de Bilbao en puestos de Liga de Vencedores. El fútbol de hoy está lejos de aquel nostálgico aroma norteño y ‘ochentero’ de Atocha y el viejo San Mamés, pero es reconfortante ver tan arriba a equipos que en la mitad de la disparidad de los mercados apostaron por invertir los millones en la cantera. Si a los dos agregamos la rebeldía de Osasuna, que tuvo al Barcelona contra las cuerdas y estuvo cerca de finalizar la día en Champions, puede hablarse abiertamente de una manera de opinar y vivir el fútbol que marcha. Una macroencuesta de hace un par de años ubicaba a Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya como las tres provincias donde menos se ‘era’ de Barça o La capital de españa y mucho más del aparato de la tierra. El norte no olvida.

La rivalidad

Se detiene LaLiga y ciertos ahora suspiran con enero. El que mucho más, un Sevilla que va a deber descuidarse de enormes fichajes y buscar ‘perros viejos’ que sepan manejarse en la región baja, batallar por la vida y no por títulos o puestos de europa. El riesgo de descenso, si no, es verdadera y grave.